Novata en Alta Mar
Como reflejo de plata,
de obscena mirada
y sofocado semblante,
apareció entre intensas palabras
llenas de pasión y arte,
detrás de una triste y desconfiada alma.
Caminaba dudoso persiguiendo ilusiones,
formas que lo impulsaran.
Lo encontré un día así, y esa noche,
me enamoré de él
y desde entonces,
era yo quien lo escuchaba,
con un intenso callar
agarrotado en mi garganta.
Tenía una vida extraña.
Una vida que no era suya,
vasta en reproches, secuelas,
y de una estabilidad malsana.
No lo hizo bien.
Cruzó una puerta cerrada,
que aporreaba con rabia,
siempre escapando de alguien
como un aterrado desertor esperando al alba.
Un karma escarchado de rencores y falacias,
y una infatigable obsesión desesperada,
lo llevaba a errar por los senderos
que la vida le tenía preparada.
Era un pirata cojo,
quizá sólo cuando no lo miraban,
y yo una novata en el alta mar
que él pisaba,
con su única pata.
