Loading...

De caminos y carretas

Por viejas sendas trenzadas
al hierro de eternas ruedas,
cuando el Sol cruza la verja
dejando paso a las sombras,
un desfile de silencios
vaga por el horizonte
en busca de estrellas nuevas
que den savia de esperanza
al orgullo de una raza
que no es carne de yunque
y tiene sus propias fraguas.
 
En la oscuridad del monte,
cuando la lechuza vela
y los sueños se despiertan
a lomos de mulas viejas
van chirriando las carretas
con una honda letanía
el sentir de los gitanos
que cómplices de la noche
desempolvan las guitarras
que ya echan olor a fiesta
con sus bien templadas cuerdas.
 
Melódicas sinfonías
de lagartos y cigarras
anuncian a grandes voces
que los gitanos se acercan,
ya la luna se disfraza
como gitana mozuela
para juntarse con ellos
en el fragor de la fiesta
iluminando la noche
con guirnaldas atrevidas
y con trajes de brillantes,
haciendo de luz derroche
al amor de las candelas
en donde los duendes danzan.
 
En la hoguera chispeante,
las ascuas daban calor
a lo profundo del cante,
el búho muy temeroso
con disimulo miraba
al ver en las faltriqueras
como guiñaban un ojo
remolinos de tijeras
y en las fajas los gitanos
le mostraban a la noche
con aires de picardía
el filo de las navajas.
 
A lo lejos los aullidos
de los lobos hacen eco
envidiando a las guitarras
y entre cánticos y danzas
para iluminar las faldas
la luna presta su brillo.
 
El monte era algarabía
de los ayes por tarantas
al son de las castañuelas,
mientras bailan las gitanas
un alegre fandanguillo,
las más jóvenes taconean
las más viejas hacen palmas.
En lo alto ruega el lucero
que por hoy se atrase el alba.
 
Los trajes de lentejuelas
en su continuo volar
van mostrando las enaguas,
ya los gitanillos chicos
chocaban las panderetas
de dos golpes de rodilla
a la palma de las manos
y gorjeos de sentimientos
escapan de las gargantas,
un retumbar de tacones
atruena la madrugada.
 
Una zíngara en cuclillas
quemando está yerbabuena
al conjuro de brebajes
que aprendió de las abuelas
pidiéndole a las estrellas
que no olviden los caminos
el crujir de las carretas.
 
Al son del tamborilero
tañe el gitano mas viejo
un cántico lastimero
implorándole a los cielos
para tener buen camino
y no encontrar los civiles
en su caminar eterno.
 
La noche ya va cayendo
y las estrellas en lo alto
parecen bailar al son
de fandangos y guitarras
mientras la Luna encelada
mira a dos enamorados
que escondidos en las sombras
hacen del amor un salmo
bajo la luz del lucero
que con aire picaresco
le guiñaba un ojo al alba.
 
Y poco a poco los duendes
acercan la madrugada,
de purpura de oro nuevo,
y aparece otra mañana
radiante como una estrella
con su traje de sultana.
 
Apagando bien las lumbres
recogiendo sus pertrechos
aparejan los borricos,
los uncen a las carretas
emprendiendo nuevo viaje
hacia otros soles que alumbren
los caminos polvorientos
en busca de lunas viejas
que amen a gitanos nuevos..

Liked or faved by...
Other works by M.B.Ibáñez...



Top