Nos hemos preguntado, a veces, por razonamiento ¿quién puede amar a una persona, aquel que a sí mismo odie? ¿Sería posible, poder estar de acuerdo con otra persona que no lo éste consig...

Aquí Mi amor en este poema Canta y dice Todo lo que fue Las verdades

Llevó a mi corazón por un camino d… Por unas rosas negras llenas de cr… ¡Son unas fragancias asesinas que… Todo el cariño, la vida, con un ap… Tal vez, está sea la decisión más…

El ÉXTASIS QUE NOS GUÍA por este círculo de vida, nos anuncia: una puerta oscura que nos arrastra pesadamente a la espesa penumbra de un oscuro cuarto. Nuestros ojos, pocos hechos para ...

Esparcir quiero mis rosas Y que lleguen tan lejos! Sus fragancias amorosas Que serán mis cortejos. Su esencia en el mundo es requerid…

Si yo nací para la mujer más bella Sería el más alto de mis deseos A los pies arrodillado ante ella Como para probar uno de sus besos. Me alegra mirarte en este instante

Tu mirada es para mi una condena Han hecho de mi vida una amargura, De saber que tu mirada es ajena Me tiene esclavizado en su atadura… Tu mirada elegante, me enajena

Amor, ahora que te fuiste, recorda… Ahora que no te veo, mis ojos debe… Tú seguirás tu camino y me olvidar… Y yo aquí, recordándote, sin poder… Es un sentimiento bello, que dura…

No dejes, que el mundo te señale, Ama que el amor es muy bonito, Y donde quiera que tu pie resbale Levanta el amor y sigue derechito. Yo, que soy el amor, seré tu guía:

En este día, he venido alabarte En grande para mi alma enferma; A tus pies, hoy vengo a rogarte Tu amor para mi alma sedienta. ¿Cómo mirarte como ven tus ojos,

En el árbol, una paloma solitaria; Frente a mis ojos, es una enorme Dulce pasión, Que nada te impida, de extender tu… Vuela al infinito: se tú misma

Esa mujer en su casa guarda una se… En sus rincones, guarda pureza y e… Una belleza como el mar. En las noches serena su juventud,… Quien en ella entra, se pierde, no…

Como el agua al reclamo de la tier… Da la tierra, y a la mar las arroj… Así caerán del cielo las estrellas… En señal Dios da la muerte por gl… Y aquí, la negra tierra estremecid…