Éste es mi lugar de trabajo mi casa está en el sur. Venid palomas tocad esta corneta insuperable.

Fuimos perdiendo en el camino nuestro deseo de liberarnos. Entre las cadenas el goce de la carne era bestial. El microscopio

Guitarras rasgadas con odio. Balas disparadas con odio. Tambores de locura. Rauda armonía de la muerte estás aquí

Nos anunciaron que después de la muerte llegarán para. habitar nuestra propia casa los monstruos.

Nací en un barrio. «Crecí en sus veredas un día alcé vuelo soñando triunfar». Hoy no puedo volver

Huyo de mi propia luz porque mi propia luz no es la luz del hombre. Soy entre nosotros el que desata

Supervisión astral vivo en el mundo por encargo de la poesía. Ave de mar incendio de borrascas.

Nada sé de la magia que transforma mi propia carne en versos. Al caer en Madrid huyendo de mi P… más que un camino lleno de aventur…

Frutos y ópalos nevados para mi ni… Madre entre sueños aparecía y desa… Siempre recordaré aquel perfume de… Algarabía y viento sus cabellos pe… Yegua del oprobio ato a tus ancas…

Hilos. Nudos. Sonrisas. Pequeña gloria. Hombre en las tinieblas. Soy el que ya no sufre. No pido pan.

Ser extranjero es algo verdaderamente increíble. A veces por largos días soy sólo el contorno de mi cuerpo

Dejo de latir dejo de ser el pulso donde antaño vibrara el Universo. Delicadamente me entrego a las argucias del amor

Esta noche me ofrezco para ti calcinado en dolor entrecortado de silencios. Busco entre las palabras tu cuerpo y mis versos se llenan de tristeza…

Esperaré intranquilo creyendo que todo sucederá. Seré valiente pensaré que la muerte es inevitable.