Cegado por la inercia del tiempo
El atuendo luce presagios
Palabras vacías consuelan el cielo
No sabes de su existencia
Ni quietudes paganas
No fechas soñadas
Ni glorias eternas
Caminaras sobre el desierto
Solo habitado por memorias
No hay salidas ni redenciones
La fé yace tras un manto
De vanas probabilidades
El eco de tus palabras
Magnifican este lugar
Quizás onírico
Tal vez de luz
Fragmentada por un resplandor
De esperanzas piadosas
La niebla oculta el panorama
Ya no hay refugios
¿Habrá simpleces?
La daga marca el acto
La valentía se oculta
Tras un velo de humo
Explorar un abismo
Tarea digna de un alma
De la intuición, de la blasfemia
El camino será el obstáculo
El periplo llegará a su fin
Cuando el oro sea cobre
Cuando los ojos exclamen
Promesas plasmadas en la piel
Amuletos fatales
Plegarias que crecen
Decrecen
Pero nunca claudican
En esta inmensidad plagada
De sortilegios efímeros
Todo lo que tendrás
Serán tus manos
Cansadas de brotar
Hartas de buscar
Una salida
Pócimas que darían motivos
Que dictan lo prohibido.