Los versos del capitán (1952). El amor.
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Del Norte trajo Almagro su arruga… Y sobre el territorio, entre explo… se inclinó día y noche como sobre… Sombra de espinas, sombra de cardo… el español reunido con su seca fig…
Era el crepúsculo de la iguana. Desde la arcoirisada crestería su lengua como un dardo se hundía en la verdura, el hormiguero monacal pisaba
A ti, manzana, quiero celebrarte llenándome con tu nombre
Amor, llegado que hayas a mi fuent… cuida de no morderme con tu voz de… que mi dolor oscuro no se muera en… que en tu garganta de oro no se ah… Amor—llegado que hayas
Si tú me olvidas quiero que sepas una cosa. Tú sabes cómo es esto: si miro
Viejo ciego, llorabas cuando tu vi… buena, cuando tenías en tus ojos e… pero si ya el silencio llegó, ¿qué… qué es lo que esperas, ciego, qué… En tu rincón semejas un niño que n…
Hoy es el día más, el que traía una desesperada claridad que murió Que no lo sepan los agazapados: todo debe quedar entre nosotros, día, entre tu campana
Amigo, llévate lo que tú quieras, penetra tu mirada en los rincones y si así lo deseas, yo te doy mi a… con sus blancas avenidas y sus can… Amigo –con la tarde haz que se vay…
Madrid, sola y solemne. Julio te sorprendió con tu alegría… Clara era tu calle, claros eran tu… Un hipo negro, una ola de sotanas rabiosas
El sabor de tu boca y el color de… piel, boca, fruta mía de estos día… dímelo, fueron sin cesar a tu lado por años y por viajes y por lunas… y tierra y llanto y lluvia y alegr…
Como cenizas, como mares poblándos… en la sumergida lentitud, en lo in… o como se oyen desde el alto de lo… cruzar las campanadas en cruz, teniendo ese sonido ya aparte del…
Antes de amarte, amor, nada era mí… vacilé por las calles y las cosas: nada contaba ni tenía nombre: el mundo era del aire que esperaba… Yo conocí salones cenicientos,
Matilde, dónde estás? Noté, hacia… entre corbata y corazón, arriba, cierta melancolía intercostal: era que tú de pronto eras ausente. Me hizo falta la luz de tu energía
Se van rompiendo cosas en la casa como empujadas por un invisible quebrador voluntario: no son las manos mías,
Pequeña rosa, rosa pequeña, a veces, diminuta y desnuda,