En ritual candente, tus mejillas sonrojan
De pálidos pétalos, a escarlata rosa
Se entremezcla tu aliento en un desdén ocioso
tintineando al tiempo, mil notas en prosa .
De un amelado acento, tus ojos se visten
Intimidando el modo de tu mirar tajante
¡Oh! dicha infinita que tu alma conserva
Para canjear a eterno, un efímero instante.
En variados acentos, tu voz va entonando
Un eco sonoro, complejo y perfecto
Surcando en el alma un delicado canto
fortaleciendo historias, de amantes perpetuos.
Discreta, radiante y dispuesta
Envuelves tus ansias en húmedas notas
Juntando recuerdos, uniendo propuestas
Alimento de dioses, manjares en gotas.
NOVIA DE LOS MONTES