Loading...

Ahora

En la serenidad de este valle,
la brisa dulce
humedece las flores,
alegra mi corazón.
Sé que Tu mano
fue mi conductora
por el desfiladero proceloso
y no olvido
la sonrisa de tu lámpara
oponiéndose a la noche mortal.
Other works by Olga Arias...



Top