#Españoles #Generación27 #Madrileños #SigloXX #1933 #LaVozATiDebida
Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres! Quítate ya los trajes,
Despierta. El día te llama a tu vida: tu deber. Y nada más que a vivir. Arráncale ya a la noche negadora y a la sombra
De mirarte tanto y tanto, de horizonte a la arena, despacio, del caracol al celaje, brillo a brillo, pasmo a pasmo,
Estoy pensando, es de noche, en el día que hará allí donde esta noche es de día. En las sombrillas alegres, abiertas todas las flores,
¡Qué día sin pecado! La espuma, hora tras hora, infatigablemente, fue blanca, blanca, blanca. Inocentes materias,
¡Qué entera cae la piedra! Nada disiente en ella de su destino, de su ley: el suelo… No te expliques tu amor, ni me lo… obedecerlo basta. Cierra
El alma tenías tan clara y abierta, que yo nunca pude entrarme en tu alma. Busqué los atajos
Ahí, detrás de la risa, ya no se te conoce. Vas y vienes, resbalas por un mundo de valses helados, cuesta abajo;
A la noche se empiezan a encender las preguntas. Las hay distantes, quietas, inmensas, como astros: preguntan desde allí
A ti sólo se llega por ti. Te espero. Yo sí que sé dónde estoy, mi ciudad, la calle, el nombre por el que todos me llaman.
Lo que eres me distrae de lo que dices. Lanzas palabras veloces, empavesadas de risas, invitándome
Dame tu libertad. No quiero tu fatiga, no, ni tus hojas secas, tu sueño, ojos cerrados. Ven a mí desde ti,
Yo no puedo darte más. No soy más que lo que soy. ¡Ay, cómo quisiera ser arena, sol, en estío! Que te tendieses
Todo dice que sí. Sí del cielo, lo azul, y sí, lo azul del mar; mares, cielos, azules con espumas y brisas,
Y ahora, aquí está frente a mí. Tantas luchas que ha costado, tantos afanes en vela, tantos bordes de fracaso junto a este esplendor sereno