Yo no elegí esto, no practique las palabras que ese día te dije, yo solo obedecí a mi mente y mi corazón salió huyendo.
–como siempre–.
Está vez, no tome consecuencias en el asunto, no baje la mirada cuando te grite, estaba y estoy cansada de ti, de tu amor transparente y de tu espera a medias.
Solté la rienda con la que me atabas y corrí, corrí a donde no se llegar, corrí para no estar junto a ti.
—Corrí con mi yegua y la soledad como nueva invitada.—
- Verónica Rosales