Yo sé que por cada cielo
hay un infierno por encontrar,
y en cada verso que escribo
escucho tu voz y te empiezo a extrañar.
Si alguna vez tú me piensas
y en los recuerdos te empiezas a ahogar,
recuerda lo que vivimos,
yo siempre estaré para una amistad.
Y tú me vas a buscar y estaré,
me vas a necesitar y allí estaré.
No podemos olvidar lo que vivimos,
pero podemos cambiar
y de cero volver a empezar.
Por hoy digo –no!– al pasado
y miro al futuro con más claridad,
yo sé que ésta tristeza
no puede durar toda una eternidad.
La vida tiene su rumbo
y es muy difícil que pueda cambiar,
pero hay que ponerse fuerte
y nunca los brazos debes bajar.