#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresGranadinos #Generación27 #PoemaDelCanteJondo
Por las orillas del río se está la noche mojando y en los pechos de Lolita se mueren de amor los ramos. Se mueren de amor los ramos.
En las torres amarillas, doblan las campanas. Sobre los vientos amarillos,
Se ven desde las barandas, por el monte, monte, monte, mulos y sombras de mulos cargados de girasoles. Sus ojos en las umbrías
Debajo de la hoja de la verbena tengo a mi amante malo. ¡Jesús, qué pena! Debajo de la hoja
Mi niña se fue a la mar, a contar olas y chinas, pero se encontró, de pronto, con el río de Sevilla. Entre adelfas y campanas
Yo no quiero más que una mano; una mano herida, si es posible. Yo no quiero más que una mano aunque pase mil noches sin lecho. Sería un pálido lirio de cal.
Princesa enamorada sin ser corresp… Clavel rojo en un valle profundo y… La tumba que te guarda rezuma tu t… a través de los ojos que ha abiert… Eras una paloma con alma gigantesc…
En lo alto de aquel monte hay un arbolillo verde. Pastor que vas, pastor que vienes. Olivares soñolientos
Los niños miran un punto lejano. Los candiles se apagan. Unas muchachas ciegas preguntan a la luna,
Sólo tu corazón caliente, Y nada más. Mi paraíso, un campo Sin ruiseñor Ni liras,
Los caballos negros son. Las herraduras son negras. Sobre las capas relucen manchas de tinta y de cera. Tienen, por eso no lloran,
Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente,
El cielo nublado pone mis ojos blancos. Yo, para darles vida, les acerco una flor amarilla.
Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables. Cuando sale la luna,
En el gris, el pájaro Griffón se vestía de gris. Y la niña Kikirikí perdía su blancor