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Como agua pequeñita, como aurora resplandeciendo así sobre la cara, como un signo de Dios que se secar… para borrar su marca ya incolora; como un cristal alegre que demora
Éste es mi corazón: el partidario de los días callados y las frutas. Hace sus fiebres raras y absolutas y yo lo pierdo en mí. Soy su sudar… Nadie sabe el misterio que convoca…
No sé cómo diablos te insulta la a… cómo palpita el tiburón donde te m… Es posible secarse y estar vivo en una célula terribl… Parpadea, camina, fulge,
¿Sería aquel beso ya clavándose sin que supieras darle cuerda para que saliese a bailar con el d… ¿Sería aquel beso
Por el mundo camino entre los rost… buscando el tuyo, entre sombras que no hace tu cuerp… entre besos que no ofreces, bajo nubes que no te acompañan;
I Hugo Ania Mercier: yo te quería. A tu cuerpo de hombre agonizante que irradiaba dolor como un diaman… a tu paso que insiste todavía,
Un corazón que nubla sus señales, una mirada azul velando rosas, un pie para morir, y muchas cosas tranquilas en amor, elementales. Sin lágrimas que pudra sus cristal…
Yo podría decir que estoy de prima… bajo un aire oloroso a luz definit… y podría tapar la mirada bisiesta que se me está cayendo afuera de l… y ser de flor, de lluvia, de marip…
Una mujer escribe este poema donde puede a cualquier hora de un… en el siglo de la avitaminosis y la cosmonáutica tristeza deseo no sabe qué
Yo no tengo tu modo de mirar a la… ni tu ademán dispuesto en flor sob… a mí me duelen las mariposas muert… y los atardeceres con familia mora… Pero tú, que eres triste como para…
No lo puedo decir. La voz precisa quedó bajo el silencio sepultada; cuando retoza el crimen ya no es n… el diente que pelea en la sonrisa. No lo puedo decir. Y acaso es lar…
Anoche me acosté con un hombre y s… Las constelaciones nada saben del… Sus besos eran balas que yo enseñé… Hubo un paro cardíaco. El joven
Se me ha perdido un hombre. Y lo busco por cifras y guitarras, por rostros y entrepisos, en el cielo, en la tierra,
Se llamaba Mercedes, Y era buena. Dicen que todo el mundo la quería. Con su sonrisa ajena una estatua de niebla parecía. Se llamaba Mercedes. Y no existe
Algo me está subiendo, que llora d… hoy necesito oír el corazón adentr… para echárselo al perro que está n… y salvar a la llama convicta en la… y dar a los leprosos la carne que…