#1988 #EscritoresUruguayos #VientosDelExilio
Cuando los disparates se disparan no hay quien sujete a Napoleón o a… todos tenemos una santa elena o la cicuta allá en el horizonte cuando los disparates se disparan
El silencio del mar brama un juicio infinito más concentrado que el de un cánta… más implacable que dos gotas ya acerque el horizonte o nos entr…
Un tallito de verdes y un añoso al… las veinticuatro horas y el instan… una vislumbre dicha por las manos… el amor es un centro con extrañas… clausura y campo abierto
Quiero aclarar que este testamento no es el corriente colofón de vida más bien se trata de un legado frá… vigente sólo hacia el final de un… digamos pues que lego para el juev…
Vuelves, día de siempre, rompiendo el aire justamente donde el aire había crecido como muros. Pero nos iluminas brutalmente y en la sencilla náusea de tu clar…
Quién iba a prever que el amor, es… se dedicara a ellos tan formales mientras almorzaban por primera ve… ella muy lenta y él no tanto y hablaban con sospechosa objetivi…
Viene contento el nuevo la sonrisa juntándole los labios el lápizfaber virgen y agresivo el duro traje azul
Con esta soledad alevosa tranquila con esta soledad de sagradas goteras
Sabes Gustavo Adolfo en cualquier año de éstos ya no van a volver las golondrinas
No sé si alguna vez les ha pasado… pero el Jardín Botánico es un par… en el que uno puede sentirse árbol… siempre y cuando se cumpla un requ… Que la ciudad exista tranquilament…
El futuro no es una página en blanco es una fe de erratas.
En aquel otro exilio me sentí extranjero hasta que llegó la manifestación y me vi caminando
Nosotras las viejitas democráticas ni huesos conseguimos para el cald… pero como escuchamos Radio Carve nosotras le tenemos miedo al cambi… Esa pensión que nos brinda el gobi…
Porque te tengo y no porque te pienso porque la noche está de ojos abier… porque la noche pasa y digo amor porque has venido a recoger tu ima…
Diríase que el tiempo no madura y que al poeta ese cándido leproso no se le deja otro comportamiento que refugiarse en su desgarradura y allá quedarse torvo y silencioso