A Enrique Díez-Canedo.
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En estos campos de la tierra mía, y extranjero en los campos de mi t… —yo tuve patria donde corre el Due… por entre grises peñas, y fantasmas de viejos encinares,
Los árboles conservan verdes aún las copas, pero del verde mustio de las marchitas frondas. El agua de la fuente,
... En el intermedio de la primave… Valcarce, dulce amigo, si tuviera la voz que tuve antaño, cantaría el intermedio de tu primavera —porque aprendiz he sido de ruiseñ…
¿No eres tú, mariposa, el alma de estas sierra solitarias… de sus barrancos hondos y de sus cumbres agrias? Para que tú nacieras,
Con este libro de melancolía, toda Castilla a mi rincón me llega… Castilla la gentil y la bravia, la parda y la manchega. ¡Castilla, España de los largos r…
Por la sierra blanca... La nieve menuda y el viento de cara. Por entre los pinos... Con la blanca nieve
¿Será tu corazón un harpa al vient… que tañe el viento?... Sopla el od… tu corazón; sopla tu corazón y vib… ¡Lástima de tu corazón, poeta! ¿Serás acaso un histrión, un mimo
Es una tarde cenicienta y mustia, destartalada, como el alma mía; y es esta vieja angustia que habita mi usual hipocondría. La causa de esta angustia no consi…
Algunos lienzos del recuerdo tiene… luz de jardín y soledad de campo; la placidez del sueño en el paisaje familiar soñado. Otros guardan las fiestas
El acusado es pálido y lampiño. Arde en sus ojos una fosca lumbre, que repugna a su máscara de niño y ademán de piadosa mansedumbre. Conserva del obscuro seminario
Maldiciendo su destino como Glauco, el dios marino, mira,… de llanto, el mar que le debe su b… Él sabe que un Dios más fuerte con la sustancia inmortal está jug…
¡Oh, dime, noche amiga, amada viej… que me traes el retablo de mis sue… siempre desierto y desolado, y sól… con mi fantasma dentro, mi pobre sombra triste
Francisco a Pedro Salinas: Si el arte es fuego, será con sombras divinas, juego de manos de ciego.
A la desierta plaza conduce un laberinto de callejas. A un lado, el viejo paredón sombrí… de una ruinosa iglesia; a otro lado, la tapia blanquecina
En nuestras almas todo por misteriosa mano se gobierna. Incomprensibles, mudas, nada sabemos de las almas nuestras… Las más hondas palabras