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Virgen con miriñaque, virgen de Soledad, abierta como un inmenso tulipán. En tu barco de luces
Teta roja del sol. Teta azul de la luna. Torso mitad coral, mitad plata y penumbra.
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
Cayó una hoja y dos y tres. Por la luna nadaba un pez. El agua duerme una hora
Ya te vemos dormida. Tu barca es de madera por la orill… Blanca princesa de nunca. ¡Duerme por la noche oscura! Cuerpo y tierra de nieve.
Ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. Tú... por lo que ya sabes. ¡Yo la he querido tanto!
Por una vereda venía Don Pedro. ¡Ay cómo lloraba el caballero! Montado en un ágil
Agosto. Contraponientes de melocotón y azúcar, y el sol dentro de la tarde, como el hueso en una fruta.
Zarzamora con el tronco gris, dame un racimo para mí. Sangre y espinas. Acércate. Si tú me quieres, yo te querré. Deja tu fruto de verde y sombra
En la mitad del barranco las navajas de Albacete, bellas de sangre contraria, relucen como los peces. Una dura luz de naipe
Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables. Cuando sale la luna,
Debajo de la hoja de la verbena tengo a mi amante malo. ¡Jesús, qué pena! Debajo de la hoja
Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,
En la casa se defienden de las estrellas. La noche se derrumba. Dentro, hay una niña muerta con una rosa encarnada
¿Cómo fue? —Una grieta en la mejilla. ¡Eso es todo! Una uña que aprieta el tallo. Un alfiler que bucea