#1923 #Crepusculario #EscritoresChilenos
Ahora contaremos doce y nos quedamos todos quietos. Por una vez sobre la tierra no hablemos en ningún idioma, por un segundo detengámonos,
Fidel, Fidel, los pueblos te agra… palabras en acción y hechos que ca… por eso desde lejos te he traído una copa del vino de mi patria: es la sangre de un pueblo subterrá…
Muchachas que buscabais el gran amor, el gran amor terribl… qué ha pasado, muchachas? Tal vez el tiempo, el tiempo!
Viejo ciego, llorabas cuando tu vi… buena, cuando tenías en tus ojos e… pero si ya el silencio llegó, ¿qué… qué es lo que esperas, ciego, qué… En tu rincón semejas un niño que n…
El mes de Marzo vuelve con su luz… y se deslizan peces inmensos por e… vago vapor terrestre progresa sigi… una por una caen al silencio las c… Por suerte en esta crisis de atmós…
Y fue a esa edad... Llegó la poes… No sé, no sé de dónde salió, de invierno o río. No sé cómo ni cuándo, no, no eran voces, no eran palabra…
Para que tú me oigas mis palabras se adelgazan a veces como las huellas de las gaviotas e… Collar, cascabel ebrio
La niña de madera no llegó caminan… allí de pronto estuvo sentada en l… viejas flores del mar cubrían su c… su mirada tenía tristeza de raíces… Allí quedó mirando nuestras vidas…
Amo el trozo de tierra que tú eres… porque de las praderas planetarias otra estrella no tengo. Tú repites la multiplicación del universo. Tus anchos ojos son la luz que ten…
Delgada línea pura de corazón sonoro, eres la claridad cortada al vuelo: cantando sobrevives:
La dentellada del mar muerde la abierta pulpa de la costa donde se estrella el agua verde contra la arena silenciosa. Parado cielo y lejanía.
Es bueno, amor, sentirte cerca de… invisible en tu sueño, seriamente… mientras yo desenredo mis preocupa… como si fueran redes confundidas. Ausente, por los sueños tu corazón…
Recordarás tal vez aquel hombre af… que de la oscuridad salió como un… y antes de que supiéramos, sabía: vio el humo y decidió que venía de… La pálida mujer de cabellera negra
De aquellos azahares desatados por la luz de la luna, de aquel olor de amor
Madrid, sola y solemne. Julio te sorprendió con tu alegría… Clara era tu calle, claros eran tu… Un hipo negro, una ola de sotanas rabiosas