#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresSevillanos #RimasYLeyendas
No dormía: vagaba en ese limbo en que cambian de forma los objeto… misteriosos espacios que separan la vigilia del sueño. Las ideas que en ronda silenciosa
Tú eras el huracán, y yo la alta torre que desafía su poder. ¡Tenías que estrellarte o que abat… ¡No pudo ser! Tú eras el océano; y yo la enhiest…
Yo sé un himno gigante y extraño que anuncia en la noche del alma u… y estas páginas son de ese himno cadencias que el aire dilata en la… Yo quisiera escribirle, del hombre
¿Será verdad que, cuando toca el s… con sus dedos de rosa, nuestros oj… de la cárcel que habita huye el es… en vuelo presuroso? ¿Será verdad que, huésped de las n…
Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus crista… jugando llamarán. Pero aquellas que el vuelo refrena…
En Sevilla, en el mismo atrio de Santa Inés, y mientras esperaba que comenzase la Misa del Gallo, oí esta tradición a una demandadera del convento. Como era natural, después de oírla, a...
Yo sé cuál el objeto de tus suspiros es; yo conozco la causa de tu dulce secreta languidez. ¿Te ríes?... Algún día
Mi vida es un erial, flor que toco se deshoja; que en mi camino fatal alguien va sembrando el mal para que yo lo recoja.
Cuando miro el azul horizonte perderse a lo lejos, al través de una gasa de polvo dorado e inquieto, me parece posible arrancarme
Hoy como ayer, mañana como hoy, ¡y siempre igual! Un cielo gris, un horizonte eterno y andar... andar. Moviéndose a compás, como una estú…
Primero es un albor trémulo y vago… raya de inquieta luz que corta el… luego chispea y crece y se dilata en ardiente explosión de claridad. La brilladora lumbre es la alegría…
Entre el discorde estruendo de la… acarició mi oído, como nota de música lejana, el eco de un suspiro. El eco de un suspiro que conozco,
Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar, te quejas; verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva, y verdes son las pupilas
Cuando me lo contaron sentí el frí… de una hoja de acero en las entrañ… me apoyé contra el muro, y un inst… la conciencia perdí de donde estab… Cayó sobre mi espíritu la noche;
¿Quieres que de ese néctar delicio… no te amargue la hez? Pues aspírale, acércale a tus labi… y déjale después. ¿Quieres que conservemos una dulce