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Rosa futura y vena contenida, amatista de ayer y brisa de ahora… ¡quiero olvidarlas! Hombre y pez en sus medios, bajo c… esperando en el alga o en la silla…
Veinticuatro bofetadas. Veinticinco bofetadas; después, mi madre, a la noche, me pondrá en papel de plata. Guardia civil caminera,
Granada, calle de Elvira, donde viven las manolas, las que se van a la Alhambra, las tres y las cuatro solas. Una vestida de verde,
Ya te vemos dormida. Tu barca es de madera por la orill… Blanca princesa de nunca. ¡Duerme por la noche oscura! Cuerpo y tierra de nieve.
La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido
De los cuatro muleros que van al campo, el de la mula torda, moreno y alto. De los cuatro muleros
Todas las tardes en Granada, todas las tardes se muere un niño. Todas las tardes el agua se sienta a conversar con sus amigos. Los muertos llevan alas de musgo.
Galán galancillo. En tu casa queman tomillo. Ni que vayas, ni que vengas, con llave cierro la puerta.
La luna clava en el mar un largo cuerno de luz. Unicornio gris y verde, estremecido, pero extático. El cielo flota sobre el aire
Los arqueros oscuros a Sevilla se acercan. Guadalquivir abierto. Anchos sombreros grises, largas capas lentas.
Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne,
Tirad ese anillo al agua. (La sombra apoya sus dedos sobre mi espalda.) Tirad ese anillo. Tengo
Campanas de Córdoba en la madrugada. Campanas de amanecer en Granada. Os sienten todas las muchachas
Las estatuas sufren por los ojos c… pero sufren mucho más por el agua… Que no desemboca. El pueblo corría por las almenas r… ¡Pronto! ¡Los bordes! ¡De prisa!…
En la mitad del barranco las navajas de Albacete, bellas de sangre contraria, relucen como los peces. Una dura luz de naipe