Sentado en esta peña, donde mis tiernas lágrimas se impr… a imitación pequeña de las que el alma y corazón me op… presumo enternecella
Hombre mortal mis padres me engend… aire común y luz de los cielos die… y mi primera voz lágrimas fueron, que así los reyes en el mundo entr… La tierra y la miseria me abrazaro…
Pasos de mi primera edad que fuist… por el camino fácil de la muerte, hasta llegarme al tránsito más fue… que por la senda de mi error pudis… ¿qué basilisco entre las flores vi…
Anticipó la púrpura olorosa un temprano clavel; Fabio admirado dijo a Fenisa que bajaba al prado: «Corta su breve vida, Parca hermo… «Lástima fuera», respondió piadosa…
Gaspar, si enfermo está mi bien, d… que yo tengo de amor el alma enfer… y en esta soledad desierta y yerma… lo que sabéis que paso persuadilde… Y para que el rigor temple, advert…
Es la mujer del hombre lo más buen… y locura decir que lo más malo, su vida suele ser y su regalo, su muerte suele ser y su veneno. Cielo a los ojos, cándido y sereno…
Mil años ha que no canto porque ha mil años que lloro trabajos de mi destierro, que fueran de muerte en otros. Sin cuerdas el instrumento,
Hermosas alamedas deste prado florido por donde entrar el sol pretende e… fuentes puras y ledas, que con manso rüido
Dulce Jesús de mi vida, ¡qué dije!, espera, no os vais: que no es bien que vos seáis de una vida tan perdida. Pero si no sois de mí,
«—Después que rompiste, ingrata, de amor el estrecho nudo, pruebo a sujetar el cuello y no consiente otro yugo. Gocé libertad tres años,
Vierte racimos la gloriosa palma, y sin amor se pone estéril luto; Dafnes se queja en su laurel sin f… Narciso en blancas hojas se desalm… Está la tierra sin la lluvia en ca…
Si entré, si vi, si hablé, señora… ni tuve pensamiento de mudarme, máteme un necio a puro visitarme, y escuche malos versos todo un día… Cuando de hacerlos tenga fantasía,
«—Ensíllenme el potro rucio del alcaide de los Vélez, denme el adarga de Fez y la jacerina fuerte; una lanza con dos hierros,
El tronco de ovas vestido de un álamo verde y blanco, que entre espadañas y juncos bañaba el agua de Tajo, y las puntas de su altura
Ya no quiera más bien que sólo ama… ni más vida, Lucinda, que ofrecero… la que me dais, cuando merezco ver… ni ver más luz que vuestros ojos c… Para vivir me basta desearos,