SOLO YO
#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #JRJCanción 1936
No sé a qué comparar el malestar aquél, Platero... Una agudeza grana y oro que no tenía el encanto de la bandera de nuestra patria sobre el mar o sobre el cielo azul... Sí. Tal vez una ...
Puse en el borriquete de madera la silla, el bocado y el ronzal del pobre Platero, y lo llevé todo al granero grande, al rincón en donde están las cunas olvidadas de los niños. El grane...
Murió, como un niño, el hijo de tu loco corazón y mi loco corazón. (¡Ay nuestro amor!) No sé si ríes o lloras
Mientras, cantan los pájaros y las ramas se mecen, y el sol grande sonríe. ¡En la sombra dorada, —¿un siglo o un instante?—,
Esparce octubre, al blando movimie… del sur, las hojas áureas y las ro… y, en la caída clara de sus hojas, se lleva al infinito el pensamient… ¡Qué noble paz en este alejamiento
Yo sé que cuando me vaya con el alma he de volver a esta tierra en que hoy espero. Que no quiero con el alma —porque el alma está en su sitio—,
Contra el cielo inespresable, el álamo, ya amarillo, instala la alta belleza de su éstasis vespertino. La luz se recoje en él
Sólo lo hiciste un momento. Mas quedaste, como en piedra, haciéndolo para siempre.
Tierra, tierra, tierra, tierra. Y ahora yo, yo, yo, yo. ¡Cielo puro, día libre, sostenedme en mi ilusión!
¡Cuánto infinito abarcado desde esta piedra del mundo! No estoy en el «desde aquí», sino en el «ya de lo último».
¡Qué pura, Platero, y qué bella esta flor del camino! Pasan a su lado todos los tropeles—los toros, las cabras, los potros, los hombres—, y ella, tan tierna y tan débil, sigue enhiesta,...
Qué trasparente amor, en la cálida tarde tranquila, el del azul y yo. Mi pena viene y va. Mas la mira una estrella suave
La mañana de Santiago está nublada de blanco y gris, como guardada en algodón. Todos se han ido a misa. Nos hemos quedado en el jardín los gorriones, Platero y yo. ¡Los gorriones! Bajo ...
Platero acababa de beberse dos cubos de agua con estrellas en el pozo del corral, y volvía a la cuadra, lento y distraído, entre los altos girasoles. Yo le aguardaba en la puerta, echad...
¿Qué me copiaste en ti, que cuando falta en mí la imajen de la cima, corro a mirarme en ti?