#1979 #Cotidianas #EscritoresUruguayos
Qué vergüenza carezco de monstruos interiores no fumo en pipa frente al horizont… en todo caso creo que mis hueso son importantes para mí y mi sombr…
Amanecer sabroso / medio día y fer… noche de armas y ramas ruinas de las que surgen aves conf… descalzos que vindican / ganan gle… las ochocientas mil hectáreas del…
Al preso lo interrogaban tres veces por semana para averiguar «quién le había enseñado eso». Él siempre respondía con un digno silencio y entonces el teniente de turno arrimaba a sus te...
Ya van días y noche que pienso pob… y no puedo ni quiero apartar el re… no el subido al cajón a la tribuna con su palabra de espiral velocisi… que blindaba los pregones del pueb…
En la última asamblea del futuro faltaré sin aviso.
Hasta ayer instalaron confesiones y ofertas en el living de mi alma… tomaría una caña pero hay veda de paciencia pronósticos y alcohol he de reflexionar porque mañana
La mujer que tiene los pies hermos… nunca podrá ser fea mansa suele subirle la belleza por tobillos pantorrillas y muslos demorarse en el pubis
Yo/ fulano de mí/ llevo conmigo tu rostro en cada suerte de la his… Tu cuerpo de mengana es una gloria y por eso al soñar sueño contigo. Luego/ si el sueño acaba te persig…
Los sueños son pequeñas muertes tramoyas anticipos simulacros de m… el despertar en cambio nos parece una resurrección y por las dudas olvidamos cuanto antes lo soñado
A sus treinta y cinco años, Ileana Márquez tenía marido (Dámaso) y amante (Marcos). Saberse querida, o al menos deseada por ambos, no le causaba la menor ansiedad, más bien le otorgaba ...
Qué suerte haber vivido para traer conmigo la confianza la eternidad caduca la infancia sin aurora la penitencia que es un oropel
Desde lejos parece metido en sus costumbres incendiar… un simple monstruo por aclamación sádico pero lleno de coraje pundonoroso arcángel con linterna
Con tu puedo y con mi quiero vamos juntos compañero compañero te desvela la misma suerte que a mí prometiste y prometí
Esa pared me inhibe lentamente piedra a piedra me agravia ya que no tengo tiempo de bajar ha… y escuchar su siniestra horadante… ya que no tengo tiempo de acumular…
Siento que mi pueblo escucha cuando canto lo que siento. Ganapán del escarmiento, no me pongas la capucha. No vas a conseguir nada: