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La niña va por mi frente. ¡Oh, qué antiguo sentimiento! ¿De qué me sirve, pregunto, la tinta, el papel y el verso? Carne tuya me parece,
Por las arboledas del Tamarit han venido los perros de plomo a esperar que se caigan los ramos, a esperar que se quiebren ellos so… El Tamarit tiene un manzano
Crótalo. Crótalo. Crótalo. Escarabajo sonoro. En la araña
Tres moricas me enamoran en Jaén: Axa y Fátima y Marién. Tres moricas tan garridas iban a coger olivas,
Cuernos de oro y ojos verdes. Sobre el acantilado, en tropel gigantesco, ilustran el azogue
¡Viva Sevilla! Llevan las sevillanas en la mantilla un letrero que dice: ¡Viva Sevilla!
Por una vereda venía Don Pedro. ¡Ay cómo lloraba el caballero! Montado en un ágil
Yo me alivié a un pino verde por ver si la divisaba, y sólo divisé el polvo del coche que la llevaba. Anda jaleo, jaleo:
La luna clava en el mar un largo cuerno de luz. Unicornio gris y verde, estremecido, pero extático. El cielo flota sobre el aire
La muchacha dorada se bañaba en el agua y el agua se doraba. Las algas y las ramas en sombra la asombraban
En la redonda encrucijada, seis doncellas bailan. Tres de carne
En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,
El corazón, Que tenía en la escuela Donde estuvo pintada La cartilla primera, ¿Está en ti,
Cuatro granados tiene tu huerto. (Toma mi corazón nuevo.) Cuatro cipreses
Aquellos ojos míos de mil novecien… no vieron enterrar a los muertos, ni la feria de ceniza del que llor… ni el corazón que tiembla arrincon… Aquellos ojos míos de mil novecien…