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La hoguera pone al campo de la tar… unas astas de ciervo enfurecido. Todo el valle se tiende. Por sus… caracolea el vientecillo. El aire cristaliza bajo el humo.
¡Fita aquel branco galán, olla seu transido corpo! É a lúa que baila na Quintana dos mortos. Fita seu corpo transido,
El mar sonríe a lo lejos. Dientes de espuma, labios de cielo. ¿Qué vendes, oh joven turbia
A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tard… Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida
Yo no quiero más que una mano; una mano herida, si es posible. Yo no quiero más que una mano aunque pase mil noches sin lecho. Sería un pálido lirio de cal.
Por el arco de Elvira quiero verte pasar Para saber tu nombre y ponerme a llorar. ¿Qué luna gris de las nueve
El mariquita se peina en su peinador de seda. Los vecinos se sonríen en sus ventanas postreras. El mariquita organiza
Ay voz secreta del amor oscuro ¡ay balido sin lanas! ¡ay herida! ¡ay aguja de hiel, camelia hundida… ¡ay corriente sin mar, ciudad sin… ¡Ay noche inmensa de perfil seguro…
Zarzamora con el tronco gris, dame un racimo para mí. Sangre y espinas. Acércate. Si tú me quieres, yo te querré. Deja tu fruto de verde y sombra
El cielo nublado pone mis ojos blancos. Yo, para darles vida, les acerco una flor amarilla.
Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables. Cuando sale la luna,
Me miré en tus ojos pensando en tu alma. Adelfa blanca. Me miré en tus ojos pensando en tu boca.
El grito deja en el viento una sombra de ciprés. (Dejadme en este campo, llorando). Todo se ha roto en el mundo.
Abejaruco. En tus árboles oscuros. Noche de cielo balbuciente y aire tartamudo. Tres borrachos eternizan
Dulce chopo, Dulce chopo, Te has puesto De oro. Ayer estabas verde,