#1973 #EscritoresUruguayos #LetrasDeEmergencia
Mírela y no proteste ésta es su tierra amigo ella lo está esperando como una amante nueva
Esa rata enorme repugnante y untuo… que corre despavorida o abandonada prodigiosamente sola entre desecho… buscadora aterrada de su pobre pit… cuyo menester faena misión última
El cuento es muy sencillo usted nace en su tiempo contempla atribulado el rojo azul del cielo el pájaro que emigra
Es mía la inocencia ánfora de cristal tan desvalida que nada me sugieren sus añicos la juventud es mía y es además atávico susurro
Cuando me fui eran chiquilines tenían un rabioso alrededor de púas la racha intransigente les quitaba padres tíos maestras
Ellos saben si soy o si no soy, ellos abren la puerta y dicen: «Pa… miran y relativamente son felices, endosan el destino como un cheque y eructan, aquíescentes, sin provo…
Quien primero le habló del Ángel fue el tío Sebastián. Mucho antes de que el Ángel apareciera. Quien primero negó al Ángel fue el tío Eduardo. Pero Ana María estaba en la edad de creer ...
La primera vez que los vi fue en el Paseo Marítimo. No diré que parecían dos tortolitos, porque él tendría unos treinta y cinco y ella un poco menos, pero sí que eran la imagen viva de ...
Soñamos juntos juntos despertamos el tiempo mientras tanto hace o deshace
Para no sucumbir ante la tentanción del precipicio el mejor tratamiento es el fornicio
Ya van días y noche que pienso pob… y no puedo ni quiero apartar el re… no el subido al cajón a la tribuna con su palabra de espiral velocisi… que blindaba los pregones del pueb…
A veces el silencio convoca algarabías parodias de coraje espejismos de duende tangos a contrapelo
Tenemos una paciencia verde y sóli… una paciencia a prueba de balas y… sabemos aguantar con los delirios… hacer almácigos con nuestros odios… tenemos una esperanza blanca y pró…
Mi amigo que es un poeta convocó a los poetas. Hay que escribir un poema sobre la bomba atómica
Luego del próximo recodo tal vez convenga irlo pensando sé de un viejo compatriota terrateniente él que en su colchón de muerte