#1973 #EscritoresUruguayos #LetrasDeEmergencia
No lo harás en vano Ah no lo harás en vano se te helarán los dedos y el corazón y los olores se te helará la noche
Me das tu cuerpo patria y yo te do… tú noches de tu aroma / yo mis vie… tú sangre de tus labios / yo manos… tú el césped de tu vértice / yo mi… me das tu corazón ese verdugo
Cuando el barco es dejado por las… a uno le vienen malos pensamientos… alarmas sin razón, carencias natas… pereza para aliarse con los viento… o no prever lo mucho que fatiga
Compañera usted sabe puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo si alguna vez advierte
Al norte las colinas de la ira al sur el cráter de la esperanza al este la meseta de la melancolía al oest…
Cuando corres al ómnibus y trepas no sabes que noviembre va contigo el punguista noviembre va a quitar… el voto que aún ignoras, ese voto pensarás pensaremos qué trabajo
Un tal Lázaro Vélez se incorporó en su tumba, se despojó lentamente de su sudario, abandonó el camposanto y empezó a caminar en dirección a su casa. A medida que iba siendo reconocido, ...
Cierto, me rodean árboles un tanto… se asoman al paisaje como buscándo… mas yo también me busco y he olvid… desesperadamente mis labios. Vuelvo recién del último silencio
Bien sabía él que la iba a echar d… pero no hasta qué punto iba a sent… no ya como un veterano de la nosta… sino como un mero aprendiz de la s… es claro que la civilizada prevent…
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se lla...
En el Activo consta lo siguiente un corazón inhábil y porfiado los padres como abrigo corno mundo dos viejas noches de hace treinta…
No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no te salves ahora ni nunca
—Usted no es mallorquín, ¿verdad?—dice la adolescente desde la mesa vecina. —¿Cómo? ¿Qué?—se sobresalta Quiñones y casi se atora con el jerez seco. —¿Lo asusté?—La muchacha no p...
Como en tantas y tantas de sus pesadillas, empezó a huir, despavorido. Las botas de sus perseguidores sonaban y resonaban sobre las hojas secas. Las omnipotentes zancadas se acercaban a...
Hijo mío recuérdalo son éstos los pitucos tienen un aire verdad