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Recuerdo que una tarde de soledad… ¡oh tarde como tantas!, el alma mí… bajo el azul monótono, un ancho y… que ni tenía un pobre juncal en su… ¡Oh mundo sin encanto, sentimental…
Un libro de amores, de flores fragantes y bellas, de historias de lirios que amasen… un libro de rosas tempranas
Crear fiestas de amores en nuestro amor pensamos, quemar nuevos aromas en montes no… y guardar el secreto de nuestros rostros pálidos,
Es una forma juvenil que un día a nuestra casa llega. Nosotros le decimos: ¿por qué torn… a la morada vieja? Ella abre la ventana, y todo el ca…
La Mancha y sus mujeres... Argama… Esquivias, Valdepeñas, La novia d… y del manchego heroico, el ama y l… (el patio, la alacena, la cueva y… la rueca y la costura, la cuna y l…
Mirad: el arco de la vida traza el iris sobre el campo que verdea. Buscad vuestros amores, doncellita… donde brota la fuente de la piedra… En donde el agua ríe y sueña y pas…
¡Ay del que llega sediento a ver el agua correr, y dice: la sed que siento no me la calma el beber! ¡Ay de quien bebe y, saciada
Como se fue el maestro, la luz de esta mañana me dijo: Van tres días que mi hermano Francisco no trabaj… ¿Murió?... Sólo sabemos
A ti laurel y yedra corónente, dilecto de Sofía, arquitecto. Cincel, martillo y piedra y masones te sirvan; las montañas
El limonero lánguido suspende una pálida rama polvorienta sobre el encanto de la fuente limp… y allá en el fondo sueñan los frutos de oro...
Tarde tranquila, casi con placidez de alma, para ser joven, para haberlo sido cuando Dios quiso, para tener algunas alegrías... lejos,
Llamó a mi corazón, un claro día, con un perfume de jazmín, el vient… —A cambio de este aroma, todo el aroma de tus rosas quiero. —No tengo rosas; flores
Desgarrada la nube; el arco iris brillando ya en el cielo, y en un fanal de lluvia y sol el campo envuelto. Desperté. ¿Quién enturbia
Ante el pálido lienzo de la tarde, la iglesia, con sus torres afilada… y el ancho campanario, en cuyos hu… voltean suavemente las campanas, alta y sombría, surge.
Desde el umbral de un sueño me lla… Era la buena voz, la voz querida. —Dime: ¿vendrás conmigo a ver el a… Llegó a mi corazón una caricia. —Contigo siempre... Y avancé en m…