Los personajes: Ramón Budiño
#1974 #EscritoresUruguayos #PoemasDeOtros
Durante muchos años y tantísimos versos el paisaje no estuvo en mis poemas vaya a saber
Buenos Aires, 3 de agosto (AF). Los dos niños uruguayos hallados en Chile días atrás fueron raptados en Argentina en septiembre de 1976, según la Asamblea Permanente de los Derechos Hum...
Desinformémonos hermanos tan objetivamente como podamos desinformémonos con unción y sobre todo con disciplina
No sé si alguna vez les ha pasado… pero el Jardín Botánico es un par… en el que uno puede sentirse árbol… siempre y cuando se cumpla un requ… Que la ciudad exista tranquilament…
No sólo el río es irrepetible tampoco se repiten la lluvia el fuego el viento las dunas del crepúsculo no sólo el río
La linda parejita que transcurre por el viejo teclado de baldosas sabe y no sabe de su amor a términ… o de las marcas que impondrán los… la linda parejita en su burbuja
Yo estaba en otro borde del océano en palma de mallorca y para ser pr… en la plaza gomila ésa buscada por los marines yanquis tan borrachitos siempre
Siento que mi pueblo escucha cuando canto lo que siento. Ganapán del escarmiento, no me pongas la capucha. No vas a conseguir nada:
De carrasco a aeroparque y vicever… vas y venís con libros y bufandas y encargos y propósitos y besos tenés gusto a paisito en las mejil… y una fe contagiosa en el augurio
Vamos a festejarlo vengan todos los inocentes los damnificados los que gritan de noche
Hay días en que siento una desgana de mí, de ti, de todo lo que insis… y me hallo solidariamente cretino apto para que en mí vacilen los re… y nada me parezca un aceptable aug…
La asamblea anual de la Fauna Artística y Literaria fue convocada, en primera citación, a las 20 horas, y en segunda a las 21, pero sólo se logró el quorum necesario en el segundo llama...
Si un muchacho lee mis poemas me siento joven por un rato en cambio cuando es una muchacha quien los lee quisiera que el tictac
Trepo por la escalera peldaño tras destino destino tras peldaño asciendo lentamente dosificando alarmas
Oiga, che—me dijo Medardo Robles, a eso de las dos de la madrugada, en el Café y Bar La Redoblona, mientras empinaba despacito su quinto o sexto espinillar—, ¿por qué no escribe un cuen...