Los personajes: Ramón Budiño
#1974 #EscritoresUruguayos #PoemasDeOtros
No me gaste las palabras no cambie el significado mire que lo que yo quiero lo tengo bastante claro si usted habla de progreso
Hoy un domingo como cualquier otro uno de esos que Dios ha reservado
Al preso lo interrogaban tres veces por semana para averiguar «quién le había enseñado eso». Él siempre respondía con un digno silencio y entonces el teniente de turno arrimaba a sus te...
Cuando el fulano se miraba el ombl… no era por narcisismo o complacenc… sino porque ahí siempre vio colina… nubes convexas / constelaciones abismos caóticos y jubilosos
Después de todo es fácil recordar basta con arrimarse al horizonte basta con bostezar en plena eufori… alcanza con entrar en la agonía es fácil recordar
A instancias de mis amigos cuerdos… que ya no saben si diagnosticarme prematuro candor o simple chifladu… abro el expediente de mi optimismo y uno por uno repaso los datos
Jefe usté está aburrido aburrido de veras hace veintiocho años que sabe sus asientos,
Doce años atrás cuando tuve que irme dejé a mi madre junto a su ventana mirando la avenida ahora la recobro
Tenemos una paciencia verde y sóli… una paciencia a prueba de balas y… sabemos aguantar con los delirios… hacer almácigos con nuestros odios… tenemos una esperanza blanca y pró…
Ya he sacado mis cuentas y no le pago a nadie. Ni al sastre que me hizo estas sol… como alas de palomo
El torturador ya retirado se sienta frente al mar en los atardeceres la gaviota planea
En este espacio cada uno es capaz de zurcir sus vislumbres y tiniebl… árboles me rodean con sus patas de… tengo un gong en las sienes memori… en un banco como éste cubierto de…
Yo digo ¿no? esta mano que escribe mil doscientos y transporte y Enero
No cabe duda ésta es mi casa aquí revivo aquí sucedo ésta es mi casa detenida en un capítulo del tiempo llega el otoño y me defiende
Si cada hora viene con su muerte si el tiempo es una cueva de ladro… los aires ya no son los buenos air… la vida es nada más que un blanco… usted preguntará por qué cantamos