#1974 #ElAmorLasMujeresYLaVida #EscritoresUruguayos
Se las arregló para ser contemporá… medio siglo después de su muerte creó una justicia natural para neg… pobres tuvo pupila suficiente como para m…
Todas las parcelas de mi vida tien… y eso en verdad no es nada extraor… vos lo sabés tan objetivamente com… sin embargo hay algo que quisiera… cuando digo todas las parcelas
De vez en cuando la alegría tira piedritas contra mi ventana quiere avisarme que está ahí esper… pero me siento calmo casi diría ecuánime
Como es de público desconocimiento somos conservadores pero conservadores cuando priorizamos la oxidación de… cuando ensalzamos la angustia del…
Cuando los disparates se disparan no hay quien sujete a Napoleón o a… todos tenemos una santa elena o la cicuta allá en el horizonte cuando los disparates se disparan
Poco a poco se fueron convenciendo de que habían convencido pero el silente dijo no o sea no consiguieron cambiar la imagen
Si estaremos curados de espanto si habremos barajado salmodias con… sepultado alegrías conjeturas deli… en el descalabro y en el camposant… si habremos añorado nuestras azote…
Éste es el epicentro del insomnio… la luna que atraviesa las persiana… pone rejas en la pared del sur / el cielo raso está desvanecido repaso los centímetros del día
No creo en vos mordaza pero voy a decirte por qué no creo ya ves
A sus treinta y cinco años, Ileana Márquez tenía marido (Dámaso) y amante (Marcos). Saberse querida, o al menos deseada por ambos, no le causaba la menor ansiedad, más bien le otorgaba ...
Los abruptos pueden ser violentos tozudos y hasta sectarios pero los
Este es mi asfalto que respira estas baldosas son las que no inve… ésta es mi gente como espejo este es mi azar sin molde pensé que iba a ponerme melancólic…
Las voces de abajo vidalitá están casi mudas pero los gendarmes vidalitá
Cada cuerpo tiene su armonía y su desarmonía. En algunos casos la suma de armonías
Seguramente mi primer olvido tuvo una cuna de madera tibia / a trocitos fui armando evocaciones de la matriz recién abandonada ese lecho de jugos y de sombras