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No se callaba la fuente, no se callaba... Reía, saltaba, charlaba... Y nadie sabía
De celeste y blanco viste el pueblecillo..., de blanco y celeste. Y el viejo a lo noble, joven a lo alegre,
Por una de esas raras reflexiones de la luz, que los físicos explicarán llenando de fórmulas un libro... Mirándome las manos
Arquitecturas instantáneas sobre una pausa suspendidas, apariciones no llamadas ni pensadas, formas de viento, insubstanciales como tiempo
Alma son de mis cantares, tus hechizos... Besos, besos a millares. Y en tus rizos, besos, besos a millares.
Morir es... Una flor hay, en el s… —que, al despertar, no está ya en… de aromas y colores imposibles... Y un día sin aurora la cortamos. II
Largas tardes campestres; alamedas rosadas; aire delgado que el aroma apenas sostiene de la acacia; huerto, pinar... Llanuras de oro v…
Canto de soleares, hondo cantar del corazón, hondo cantar. Reina de los cantares. Madre del canto popular.
Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor. Tal es la gloria, Guillén,
Yo soy como las gentes que a mi ti… —soy de la raza mora, vieja amiga… que todo lo ganaron y todo lo perd… Tengo el alma de nardo del árabe e… Mi voluntad se ha muerto una noche…
Del placer que irrita, y el amor, que ciega, escuchad la canción, que recoge la noche morena. La noche sultana,
Antonio, en los acentos de Cleopa… la copa de oro olvida que está de… Y, creyente en los sueños que evoc… toda en los ojos tiene su alma de… La reina, hoja tras hoja, deshojan…
Me siento, a veces, triste como una tarde del otoño viejo; de saudades sin nombre, de penas melancólicas tan lleno... Mi pensamiento, entonces,
Nadie más cortesano ni pulido que nuestro Rey Felipe, que Dios… siempre de negro hasta los pies ve… Es pálida su tez como la tarde, cansado el oro de su pelo undoso,
Era un suspiro lánguido y sonoro la voz del mar aquella tarde... El… no queriendo morir, con garras de… de los acantilados se prendía. Pero su seno el mar alzó potente,