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En sueños te conocí, y, del amor peregrino, he adivinado el camino para llegar hasta ti. Tras de aquel sueño corrí
Morir es... Una flor hay, en el s… —que, al despertar, no está ya en… de aromas y colores imposibles... Y un día sin aurora la cortamos. II
El ciego sol se estrella en las duras aristas de las armas, llaga de luz los petos y espaldare… y flamea en las puntas de las lanz… El ciego sol, la sed y la fatiga.
Yo soy como las gentes que a mi ti… —soy de la raza mora, vieja amiga… que todo lo ganaron y todo lo perd… Tengo el alma de nardo del árabe e… Mi voluntad se ha muerto una noche…
Del color del lirio tiene Gerinel… dos grandes ojeras; del color del lirio, que dicen loc… de amor de la reina. Al llegar la tarde,
Largas tardes campestres; alamedas rosadas; aire delgado que el aroma apenas sostiene de la acacia; huerto, pinar... Llanuras de oro v…
Atrás el cielo, atrás la luz y su navaja, atrás los muros de salitre, atrás las calles que dan siempre a… Atrás mi piel de vidrios erizados,
¡Qué tristes almas en pena son las viejas alegrías... Y qué fantasmas de días las noches de luna llena!... ¡Qué lamentable cadena
Ven, reina de los besos, flor de l… amante sin amores, sonrisa loca... Ven, que yo sé la pena de tu alegr… y el rezo de amargura que hay en t… Yo no te ofrezco amores que tú no…
Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor. Tal es la gloria, Guillén,
Ya galantes no más y delicados madrigales haré —para las flores y las mujeres—, sobrios de colores y vagamente estilizados. Pintaré la preciosa
Rico pan de esta carne morena, mol… en un aire caricia de suspiro y ar… Sirena encantadora y amante fascin… los cuellos enarcados, de sierpe o… Vuestros nombres, de menta y de il…
Canto de soleares, hondo cantar del corazón, hondo cantar. Reina de los cantares. Madre del canto popular.
En cualquier parte hay un espejo, un poco de agua clara y un peine.… es bonita, ¡ya esta! La noche pasa… y el nuevo día llega. Y no se te conoce
Me siento, a veces, triste como una tarde del otoño viejo; de saudades sin nombre, de penas melancólicas tan lleno... Mi pensamiento, entonces,