Ismaelillo, 1882
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Así, niña querida,—de manera Que lentamente el corazón se infla… Y ya tu imagen en mi amor no muera… Aunque haya mucho tiempo que te am… Lento, lento,—de modo, niña mía,
Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba a donde estaba la estatua de B...
¡Tú flotas sobre todo, Hijo del alma! De la revuelta noche Las oleadas, En mi seno desnudo
Solo, estoy solo: viene el verso a… Como el esposo diligente acude De la erizada tórtola al reclamo. Cual de los altos montes en deshie… Por breñas y por valles en copioso…
Una cita a la sombra de tu oscuro Portal donde el friecillo nos conv… A apretarnos los dos, de tan estre… Modo, que un solo cuerpo los dos s… Deja que el aire zumbador resbale,
De oro de su corazón me manda un cubano fiel el querido pabellón. Hoy sin huestes ni laurel, quiero que mi corazón.
La imagen del rey, por ley, Lleva el papel del Estado: El niño fue fusilado Por los fusiles del rey. Festejar el santo es ley
De gorja son y rapidez los tiempos… Corre cual luz la voz; en alta agu… Cual nave despeñada en sirte horre… Húndese el rayo, y en ligera barca El hombre, como alado, el aire hie…
Esplendía su rostro; por los hombr… Rubias quedejas le colgaban; era Una caricia su sonrisa: era Ciego de nacimiento: parecía Que veía: tras los párpados callad…
En el negro callejón Donde en tinieblas paseo, Alzo los ojos, y veo La iglesia, erguida, a un rincón. ¿Será misterio? ¿Será
Si ves un monte de espumas, Es mi verso lo que ves: Mi verso es un monte, y es Un abanico de plumas. Mi verso es como un puñal
Una virgen espléndida –morada de un sol de amor que por sus negr… pregunta, abraza y acaricia, versos me pide, versos de mujeres. ¡Arrullos de paloma, murmullos de…
El enemigo brutal Nos pone fuego a la casa: El sable la calle arrasa, A la luna tropical. Pocos salieron ilesos
Con letras de astros el horror que… En el espacio azul grabar querría En la llanura, muchedumbre:—en lo… Mientras que los de abajo andan y… Y sube olor de frutas estrujadas,
Sé de un pintor atrevido Que sale a pintar contento Sobre la tela del viento Y la espuma del olvido. Yo sé de un pintor gigante,