De otros diluvios
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Siempre hay una jornada fuera de s… en que uno logra sentirse sereno pero está lejos de ser una canonjí… ya que la serenidad no es el mejor de los estados posibles e imposibl…
¿Dónde empieza la niebla que te es… ignoro dónde ¿cómo puedes andar con pies de plo… ignoro cómo ¿cuánto cuesta vencer a tu quebran…
La verdad es que grietas no faltan así al pasar recuerdo las que separan a zurdos y diestro…
Todo verdor perecerá dijo la voz de la escritura como siempre implacable pero también es cierto
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...
Tuve un largo poema que aunque se prodigaba en sus mal… al poco tiempo se quedó sin rojo tuve otro con jazmines frágiles hogareños e insondables
Este paisaje es casi una mujer si se mira con buena voluntad figura un matorral o cabeza en des… dos suaves promontorios que son su… hay la verde hondonada con su ombl…
Ahora tengo fecha las preguntas y dudas convocadas son formas de nacer en lo nacido he quedado en suspenso lo espero todo y ya no espero nada
La manzana es un manzano y el manzano es un vitral el vitral es un ensueño y el ensueño un ojalá ojalá siembra futuro
Nos enseñaron desde niños cómo se forma un cuerpo sus órganos sus huesos sus funciones sus sitios pero nunca supimos
En este instante el mundo es apena… un vitral confuso los colores se invaden unos a otro… y las fronteras entre cosa y cosa entre tierra y cielo
Desde todos los sueños cardinales llega la culpa como un aleluya se nos cuelga del alma y la acepta… como un interrogante de la noche y ella se queda pálida extenuada
Mientras aquí en la noche sin perc… pienso en mis ruinas bajo a… inmóvil en su dulce anonimato el grillo canta nuevas certidumbre… mientras hago balance de mis yugos
Hacía por lo menos veinte años que Aníbal Sastre conocía a Bernardo Giudice y Amanda Doria. Ni uno ni otra integraban el círculo más o menos estrecho de sus amigos, pero Bernardo y él h...
Cuando mi padre se arruinó con la farmacia de Tacuarembó, la familia pasó, casi sin transición, de la vida confortable a la casi miseria. Fuimos a dar a una casucha con techo de zinc en...