#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresSevillanos #Generación98
Es una tarde mustia y desabrida de un otoño sin frutos, en la tier… estéril y raída donde la sombra de un centauro yer… Por un camino en la árida llanura,
El limonero lánguido suspende una pálida rama polvorienta sobre el encanto de la fuente limp… y allá en el fondo sueñan los frutos de oro...
Este hombre del casino provinciano que vio a Carancha recibir un día, tiene mustia la tez, el pelo cano, ojos velados por melancolía; bajo el bigote gris, labios de has…
Francisco a Pedro Salinas: Si el arte es fuego, será con sombras divinas, juego de manos de ciego.
Tuvo mi corazón, encrucijada de cien caminos, todos pasajeros, un gentío sin cita ni posada, como en andén ruidoso de viajeros. Hizo a los cuatro vientos su jorna…
La vida hoy tiene ritmo de ondas que pasan, de olitas temblorosas que fluyen y se alcanzan. La vida hoy tiene el ritmo de los…
Es una forma juvenil que un día a nuestra casa llega. Nosotros le decimos: ¿por qué torn… a la morada vieja? Ella abre la ventana, y todo el ca…
Yo meditaba absorto, devanando los hilos del hastío y la tristeza… cuando llegó a mi oído, por la ventana de mi estancia, abi… a una caliente noche de verano,
A una España joven ...Fue un tiempo de mentira, de in… la malherida España, de Carnaval… nos la pusieron, pobre y escuálida… para que no acertara la mano con l…
Como se fue el maestro, la luz de esta mañana me dijo: Van tres días que mi hermano Francisco no trabaj… ¿Murió?... Sólo sabemos
Amada, el aura dice tu pura veste blanca... No te verán mis ojos; ¡mi corazón te aguarda! El aura me ha traído
Ante el pálido lienzo de la tarde, la iglesia, con sus torres afilada… y el ancho campanario, en cuyos hu… voltean suavemente las campanas, alta y sombría, surge.
La tarde caía triste y polvorienta. El agua cantaba su copla plebeya en los cangilones
La tarde está muriendo como un hogar humilde que se apaga… Allá, sobre los montes, quedan algunas brasas. Y ese árbol roto en el camino blan…
Rejas de hierro; rosas de grana. ¿A quién esperas, con esos ojos y esas ojeras enjauladita como las fieras, tras de los hierros de tu ventana?