#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresSevillanos #Generación98
El casco roído y verdoso del viejo falucho reposa en la arena... La vela tronchada parece que aún sueña en el sol y en el ma…
Dice la esperanza: un día la verás, si bien esperas. Dice la desesperanza: sólo tu amargura es ella. Late, corazón... No todo
La España de charanga y pandereta… cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y alma inquieta… ha de tener su marmol y su día,
center Una larga carretera entre grises peñascales, y alguna humilde pradera donde pacen negros toros. Zarzas,…
... Y tu cincel me esculpía en una piedra rosada, que lleva una aurora fría eternamente encantada. Y la agria melancolía
Un amor que conversa y que razona, sabio y antiguo –diálogo y presenc… nos trajo de su ilustre Barcelona; y otro, distancia y horizonte: aus… que es alma, a nuestro modo, le of…
right...En el intermedio de la pri… Valcarce, dulce amigo, si tuviera la voz que tuve antaño, cantaría el intermedio de tu primavera —porque aprendiz he sido de ruiseñ…
Rejas de hierro; rosas de grana. ¿A quién esperas, con esos ojos y esas ojeras enjauladita como las fieras, tras de los hierros de tu ventana?
El tiempo que la barba me platea, cavó mis ojos y agrandó mi frente, va siendo en mí recuerdo transpare… y mientras más al fondo, más clare… Miedo infantil, amor adolescente,
Este hombre del casino provinciano que vio a Carancha recibir un día, tiene mustia la tez, el pelo cano, ojos velados por melancolía; bajo el bigote gris, labios de has…
El acusado es pálido y lampiño. Arde en sus ojos una fosca lumbre, que repugna a su máscara de niño y ademán de piadosa mansedumbre. Conserva del obscuro seminario
Ni mármol duro y eterno, ni música ni pintura, sino palabra en el tiempo. Canto y cuento es la poesía. Se canta una viva historia,
Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá?
Crear fiestas de amores en nuestro amor pensamos, quemar nuevos aromas en montes no… y guardar el secreto de nuestros rostros pálidos,
El demonio de mis sueños ríe con sus labios rojos, sus negros y vivos ojos, sus dientes finos, pequeños. Y jovial y picaresco