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Tú estas muerto. ¿Por qué agitas los brazos ante mí y remueves tu voz por dentro de la ceniza en que se apagó hace tanto tiempo? Tú estás muerto, te digo que estás muerto, y no puedes v...
Hay en ti la fatiga de un ala much…
El agua que se queda, atrás del rí…
Siempre, amor: Por arriba del beso que fué comida de gusanos y de la rosa que se pudre, cada mañana azul, en la caja del m…
Un amor indeciso se ha acercado a… Y no pasa; y se queda frente a la… Yo le digo al amor: –¿Qué te trae… Y el amor no responde, no saluda,… Es un amor pequeño que perdió su c…
No te nombro; pero estás en mí com… aunque no esté cantando.
Son estos ojos míos los que me amarran al paisaje de mi ventana. Son mis oídos los que me impiden oír la música que no se oye con oídos. Son estos pies los que me obligan a afirmarme en...
No fue nunca. Lo pensaste quizás porque la luna roja bañó el cielo… o por la mariposa clavada en el muestrario de crista…
Los juegos de agua brillan a la lu… como si fueran largos collares de… Los juegos de agua ríen en la somb… y cruzan y cintilan dibujando radi… garabatos de estrellas...
Estoy doblada sobre tu recuerdo co… esta tarde lavando en el río. Horas y horas de rodillas, doblada… este río negro de tu ausencia.
Era mi llama tan azul, que por muc… Después, la llama aquella quemó el…
Te digo que sigas tu camino sin el temor de perderme. Te digo que has de encontrarme cuando vuelvas, aunque tardes mil años. Pues que eres débil y te empuja la vida, ve donde te lleve. ...
Voy —río negro—en cruces, en ángul…
Isla mía, ¡qué bella eres y que du… Tu mar es el último refugio de los… Vértebras de cobre tienen tus serr… Descanso de gaviotas y peireles, a… Sigues siendo la tierra más hermos…
Están cayendo las estrellas... —¿Qué estás diciendo, hermano? Son estrellas fugaces. —¡Están cayendo estrellas!... —Qué pensamiento extraño...