#1988 #EscritoresUruguayos #VientosDelExilio
Así estamos consternados rabiosos aunque esta muerte sea uno de los absurdos previsibles da vergüenza mirar
Yo digo ¿no? esta mano que escribe mil doscientos y transporte y Enero
En esta cotidiana me falta el otoñ… con su instalada transparencia aquel sol amarillo que rodeaba los… y hacía prestigiosa su inmovilidad un cierto aroma a avenidas copadas
Falta saber el último sentido, quiero decir: si es pueblo o es im… Cada noticia con su desmentido, cada desolación con su misterio. Claro, cuando el misterio es de me…
Y una pregunta de cajón por qué será que mis Otros escriben casi siempre poemas de amor con esperanza o desolación
Por tercera vez sueña con la mesa pulida y larga, y aquellos diez o doce rostros que lo enfrentan, unos interrogantes, otros agresivos y otros más con ojos indiferentes, tal vez vacíos....
El viento arrima propuestas mejores que las de antes ya no son interrogantes triviales o deshonestas pero el mar tiene respuestas
La calle brilla para la ocasión llueve sobre mis nervios bienvenid… el aguacero me repara no sé qué lava en mí tal vez siluetas o intenciones
En el centro de mi vida en el núcleo capital de mi vida hay una fuente luminosa un surtido… que aiza convicciones de cobres y es lindo contemplarias y seguirl…
Las circunstancias / tiempo en car… ponen a nuestro alcance pena y goc… pero más de una vez nos llevan a remolq… amor es más que un juego o un dilu…
Compañero remoto en tu fe de mader… alerta en la querella que no se de… transcurres por los sueños y el in… sin parpadear ni vernos / custodio… hacedores de inviernos y socorros…
Es tan fácil nacer en sitios que n… y sin embargo fueron brumosos y re… por ejemplo m¡sitio mi marmita de… mi suelta de palomas conservaba una niebla capaz de confundir las…
Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia ...
Amiga la calle de sol tempranero se transforma de pronto en atajo bordeado de muros vegetal… el rascacielos da la visión despia…
Oiga, che—me dijo Medardo Robles, a eso de las dos de la madrugada, en el Café y Bar La Redoblona, mientras empinaba despacito su quinto o sexto espinillar—, ¿por qué no escribe un cuen...