A Regino Sainz de la Maza
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Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,
El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor
Así te vi La joven muerta en la concha de la cama, desnuda de flor y brisa surgía en la luz perenne.
¡Fita aquel branco galán, olla seu transido corpo! É a lúa que baila na Quintana dos mortos. Fita seu corpo transido,
Leñador. Córtame la sombra. Líbrame del suplicio de verme sin toronjas. ¿Por qué nací entre espejos?
Bajo el naranjo, lava pañales de algodón. Tiene verdes los ojos y violeta la voz. ¡Ay, amor,
Enrique, Emilio, Lorenzo. Estaban los tres helados: Enrique por el mundo de las camas;
En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,
Cirio, candil, farol y luciérnaga. La constelación de la saeta. Ventanitas de oro
Las manos de mi cariño te están bordando una capa con agremán de alhelíes y con esclavina de agua. Cuando fuiste novio mío,
Aquellos ojos míos de mil novecien… no vieron enterrar a los muertos, ni la feria de ceniza del que llor… ni el corazón que tiembla arrincon… Aquellos ojos míos de mil novecien…
El campo de olivos se abre y se cierra como un abanico. Sobre el olivar
La mar no tiene naranjas. ni Sevilla tiene amor. Morena, qué luz de fuego. Préstame tu quitasol. Me pondrá la cara verde,
Dicen que tienes cara (balalín) de luna llena. (balalán.) Cuántas campanas ¿oyes?