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La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)
Con una cuchara arrancaba los ojos a los cocodrilo… y golpeaba el trasero de los monos… Con una cuchara. Fuego de siempre dormía en los ped…
La señorita del abanico, va por el puente del fresco río. Los caballeros
Chove en Santiago meu doce amor. Camelia branca do ar brila entebrecida ô sol. Chove en Santiago
La mujer gorda venía delante arrancando las raíces y mojando el… la mujer gorda que vuelve del revés los pulpos ag… La mujer gorda, enemiga de la luna…
Enrique, Emilio, Lorenzo. Estaban los tres helados: Enrique por el mundo de las camas;
Por la calleja vienen extraños unicornios. ¿De qué campo, de qué bosque mitológico? Más cerca,
Por las ramas del laurel vi dos palomas oscuras. La una era el sol, la otra la luna. «Vecinita», les dije,
Yo te miré a los ojos cuando era niño y bueno. Tus manos me rozaron Y me diste un beso. (Los relojes llevan la misma caden…
De los cuatro muleros que van al campo, el de la mula torda, moreno y alto. De los cuatro muleros
El corazón, Que tenía en la escuela Donde estuvo pintada La cartilla primera, ¿Está en ti,
La hoguera pone al campo de la tar… unas astas de ciervo enfurecido. Todo el valle se tiende. Por sus… caracolea el vientecillo. El aire cristaliza bajo el humo.
Todas las tardes en Granada, todas las tardes se muere un niño. Todas las tardes el agua se sienta a conversar con sus amigos. Los muertos llevan alas de musgo.
No te conoce el toro ni la higuera… ni caballos ni hormigas de tu casa… No te conoce tu recuerdo mudo porque te has muerto para siempre. No te conoce el lomo de la piedra,
¿Cómo fue? —Una grieta en la mejilla. ¡Eso es todo! Una uña que aprieta el tallo. Un alfiler que bucea