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Me he perdido muchas veces por el… con el oído lleno de flores recién… Con la lengua llena de amor y de a… muchas veces me he perdido por el… como me pierdo en el corazón de al…
Amor, amor que está herido. Herido de amor huido; herido, muerto de amor.
¿Qué es aquello que reluce por los altos corredores? Cierra la puerta, hijo mío, acaban de dar las once. En mis ojos, sin querer,
No te conoce el toro ni la higuera… ni caballos ni hormigas de tu casa… No te conoce tu recuerdo mudo porque te has muerto para siempre. No te conoce el lomo de la piedra,
Se ven desde las barandas, por el monte, monte, monte, mulos y sombras de mulos cargados de girasoles. Sus ojos en las umbrías
Yo decía: “Tarde” Pero no era así. La tarde era otra cosa que ya se había marchado. (Y la luz encogía
¡Ay, petenera gitana! ¡Yayay petenera! Tu entierro no tuvo niñas buenas. Niñas que le dan a Cristo muerto
Entre mariposas negras va una muchacha morena junto a una blanca serpiente de niebla. Tierra de luz,
Abejaruco. En tus árboles oscuros. Noche de cielo balbuciente y aire tartamudo. Tres borrachos eternizan
Silencio de cal y mirto. Malvas en las hierbas finas. La monja borda alhelíes sobre una tela pajiza. Vuelan en la araña gris,
La elipse de un grito, va de monte a monte. Desde los olivos será un arco iris negro
Las alamedas se van, pero dejan su reflejo. Las alamedas se van. pero nos dejan el viento. El viento está amortajado
Tierra Las niñas de la brisa van con sus largas colas. Cielo Los mancebos del aire
Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto
A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tard… Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida