#EscritoresEspañoles #Generación27
¡Damas altas, calandrias! Junten su elevación algazara y montaña, todavía crecientes gracias a la mañana
Ajustada a la sola desnudez de tu cuerpo, entre el aire y la luz eres puro elemento. ¡Eres! Y tan desnuda,
La acumulación triunfal En la mañana festiva Hinche de celeste azul La blancura de la brisa. ¡Florestas, giros, suspiros
Queda curvo el firmamento, Compacto azul, sobre el día. Es el redondeamiento Del esplendor: mediodía. Todo es cúpula. Reposa,
Dije: Todo ya pleno. Un álamo vibró. Las hojas plateadas Sonaron con amor. Los verdes eran grises,
¡Beato sillón! La casa corrobora su presencia con la vaga intermitencia de su invocación en masa a la memoria. No pasa
Es alegre la hierba entre las teja… ¡Qué importan las persianas De penumbra impaciente, Y la fatalidad a plomo ante estas… Y ese muro con ansia de ventanas,
No más desgana displicente. Que el maravilloso deseo Te impulse por la gran pendiente Donde triunfarás como Anteo No hay contacto que desaliente.
Pasa el tiempo y suspiro porque pa… aunque yo quede en mí, que sabe y… y no con el reloj, su marcha lenta —nunca es la mía—bajo el cielo ras… Calculo, sé, suspiro —no soy caso
Cántico Calles me conducen, calles. ¿A dónde me llevarán? A otras esquinas suceden Otras como si el azar
Riguroso horizonte. Cielo y campo, ya idénticos, Son puros ya: su línea. Perfección. Se da fin A la ausencia del aire,
Mis manos y mis labios y mis ojos rehacen con creciente embeleso próximo al éxtasis, activo sin embargo,
Eras ya la fragancia de tu sino. Tu vida no vivida, pura, late Dentro de mí, tictac de ningún tie… ¡Qué importa que el ajeno sol no a… jamás estas figuras, sí, creadas,
Después de aquella ventura Gozada, y no por suerte Ni error —mi sino es quererte, Ventura, como madura Realidad que me satura