Poesía infantil
#EscritoresCubanos
Tanto esplendor por delante y por detrás tan menguado... (La trompa del elefante, ¿no será un rabo mal colocado?)
Indio, noble indio, médula de mi… que hoy eres con el negro nuestra… Indio humilde de Alaska, de Ecuad… ¡ya es hora de que yergas la espal… Yo sabía de la herida gangrenada d…
Yo me llevo mi amor, mi desvarío. lo que está ya a mi ser incorporad… mi caricia en tu párpado cerrado, el roce de tu pecho junto al mío. Me llevo una nostalgia como un río
Muero de ti, de amor en desventura… de mal pagado amor que en ti se ob… Muero de ver mi vida que declina en desolado invierno y red oscura. Muero de un mal que muerte me aseg…
Tú no entiendes, amigo, tú no enti… Deja que te lo explique, no en pal… —que con palabras no se entiende a… sino a mi modo oscuro, que es el c… Así oscura y claramente
Yo me acostumbro, amor, yo me acos… Yo me acostumbro a estar sin ti. ¿… Quiere decir, amor, que no amanece… quiere decir que aprendo a abrir l… Quiere decir que olvido, amor, que…
Todo puede venir por los caminos que apenas sospechamos. Todo puede venir de dentro, sin pa… o desde fuera, ardiendo y romperse en nosotros, inesperada…
De la semilla el naranjo, del naranjo el azahar, del azahar la naranja. Y otra vez a comenzar. En semilla está naranjo,
Por la mañana, girandolilla, va Doña Iguana con su sombrilla, giradorola,
—¿Dónde estás, caballero Bayardo, caballero sin miedo y sin tacha? —En el viento, señora, en la racha que aciclona la llama en que ardo. —¿Dónde estás, caballero gallardo,
Limón, limonero, las niñas primero. Ceder la derecha, quitarse el sombrero, jugar a la dama
Él nació en el mes de enero Él murió en el mes de mayo. Lo desplomó del caballo El disparo de un riflero. Tomó la pluma en la mano
Mi sortijita de oro Se la llevó Rana Toro, Del agua se la llevó. Mi sortijita, sortija, Se la encontró Lagartija
Al tiburón Tiburo le duele un diente; pero ningún dentista acepta el cliente. A mares llora.
El agua del tinajero es agua de toronjil y la del aguamanil es de albahaca y romero. El agua de la poceta