(1991)
de “Ver la palma abriendo el día”
#EscritoresCubanos #EscritoresMatanceros
Padre entonces que hacías la esper… empeñado de hijos, de hipoteca: resucito tu mano nunca seca que no supo de piedra ni de lanza. Te enfermaba el insomnio cuando ju…
El mío, el importante, el que me d… perfecto como el jueves o el veran… Este que nunca pierdo, casi herman… lo menos frío, la mayor dulzura. El comparable a un soplo en la cin…
Yo le recuerdo aquí: donde me duel… el color que le trajo a mi esperan… y le recuerdo aquí porque soy tris… y ya no puedo echarme entre sus lá… ¿Qué corazón saldría de este insom…
Pero jamás me pidas la tristeza gu… (Hay una flor que late y un pájaro… y para no escucharme el alba se de… porque yo sigo siendo la nunca aco… De estar un poco mía y otro poco c…
Llegué de noche. La luz era difícil; el cuarto pobr… Desnuda yo parecía un juguete de oro. Volví a vestirme
Otra vez la batalla lenta y verde: tu perfil de muchacho resonante asomándome el fuego, y un instante de temblor en mi labio que te muer… Otra vez los dos ciegos y el hundi…
Seis de la tarde y del oro. La arena como mojada por una blancura alada. ¡Si llego a tocarla, lloro! Alma y nube conversando
En una carta donde digo: amado, y después otras cosas en que explo… Es una carta simple, con un loto y la letra del ángel dominado. Una carta donde digo: usado
Anoche me acosté con un hombre y s… Las constelaciones nada saben del… Sus besos eran balas que yo enseñé… Hubo un paro cardíaco. El joven
Cuenta el pobre los fósforos y el rico sus palacios; aquél se ha salvado de las adulaci… y el dinero. Sus manos no pueden aplaudir en la…
Pregunto si llevo corazón cuando despierto el peligro entre… si me equivoca cuando preparo la única trinchera en su garganta.
Amor, ¿cómo es que vienes a darle al pensamiento tu estocada si estoy entre las sienes —débil mujer a golpes decorada— y apenas tengo trato con la aurora
Andaba yo volando por el suelo, sin zapatos, sin mi traje de nube de las nubes; sola para tus manos, patética,
Te levanto la noche de la vida. Deshilvano una luz para tus sienes… Te visito en el agua y no me tiene… Cuando llego ya soy la despedida. Se desangra tu voz como una herida
Yo venía con una paz solemne, con una fiebre de pascua recobrada… fija al dolor no obstante, y ya estabas allí: pálido papel para mis besos,