Otra versión del segundo terceto (posiblemente la original):
Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
Mi madre tuve entre ásperas montañ… Si inútil con la edad soy seco leñ… Mi sombra fue regalo a más de un s… Supliendo al jornalero sus cabañas… Del viento desprecié sonoras sañas…
Un Godo, que una cueva en la Mont… Guardó, pudo cobrar las dos Casti… Del Betis y Genil las dos orillas… Los Herederos de tan grande hazañ… A Navarra te dio justicia y maña;