(1608)
#EscritoresEspañoles #Letrillas #Romances (44) XLIV
A un tiempo dejaba el Sol Los colchones de las ondas, Y el orinal de mi alma La vasera de su choza; Él porque tres veces quiere
Por tu vida, Lopillo, que me borr… Las diez y nueve torres del escudo… Porque, aunque todas son de viento… Que tengas viento para tantas torr… ¡Válgame los de Arcadia! ¿No te c…
Consagróse el seráfico Mendoza, Gran dueño mío, y con invidia deja Al bordón flaco, a la capilla viej… Báculo tan galán, mitra tan moza. Pastor que una Granada es vuestra…
Traten otros del gobierno Del mundo y sus monarquías, Mientras gobiernan mis días Mantequillas y pan tierno, Y las mañanas de invierno
Aunque a rocas de fe ligada vea Con lazos de oro la hermosa nave Mientras en calma humilde, en paz… Sereno el mar la vista lisonjea; Y aunque el céfiro esté (porque le…
Esta de flores, cuando no divina, Industrïosa unión, que ciento a ci… Las abejas, con rudo no argumento, En ruda sí confunden oficina, Cómplice Prometea en la rapina
Los montes que el pie se lavan En los cristales del Tajo, Cuando las frentes se miran En los zafiros del cielo, Tiranizados tenía
Era del año la estación florida En que el mentido robador de Euro… —Media luna las armas de su frente… Y el Sol todo los rayos de su pel… Luciente honor del cielo,
Purpúreo creced, rayo luciente Del Sol de las Españas, que en do… Ya trono el Tíber os verá sagrado Leyes dar algún día a su corriente… De coronas entonces vos la frente,
Vuela, pensamiento, y diles A los ojos que te envío Que eres mío. Celosa el alma te envía Por diligente ministro,
Oh piadosa pared, merecedora De que el tiempo os reserve de sus… Pues sois tela do justan mis engañ… Con el fiero desdén de mi señora, Cubra esas nobles faltas desde aho…
Del León, que en la Silva apenas… O ya por fuerte o ya por generoso, Que a dos Sarmientos, cada cual g… Obedeció mejor que al bastón grave… Real cachorro y pámpano suave
Teatro espacïoso su ribera El Manzanares hizo, verde muro Su corvo margen, y su cristal puro Undosa puente a Calidonia fiera. En un hijo del Céfiro la espera
De mi sastre en el hurtar la mano es tan singular, que si cae la tela en ella cuando la empieza a doblar, ya puedo doblar por ella.
Clarísimo Marqués, dos veces clar… Por vuestra sangre y vuestro enten… Claro dos veces otras, y otras cie… Por la luz, de que no me sois avar… De los dos soles que el pincel más…