#1974 #ElAmorLasMujeresYLaVida #EscritoresUruguayos
Vamos a festejarlo vengan todos los inocentes los damnificados los que gritan de noche
Defienden las praderas la verde mar la selva las alfombras de césped las hiedras trepadoras la Amazonia humillada
La dicha es una clandestina buscada perseguida la comandancia da sus datos sus ojos verdes su estatura la distancia que media entre sus s…
A instancias de mis amigos cuerdos… que ya no saben si diagnosticarme prematuro candor o simple chifladu… abro el expediente de mi optimismo y uno por uno repaso los datos
No llueve hace ya meses que no llueve los pastizales y los bosques arden cuando los roza el fósforo del sol también los corazones están secos
Y está tu corazón próximo prójimo hermano a borbotones ensimismado dócil triste exangüe con terribles secretos en tu fondo
Si estaremos curados de espanto si habremos barajado salmodias con… sepultado alegrías conjeturas deli… en el descalabro y en el camposant… si habremos añorado nuestras azote…
Esta cotidiana no se apoya en ning… hoy es tan sólo un viernes de poca… sin noticias o trazos demasiado ma… ni tampoco demasiado buenos funcio… las endocrinas y los semáforos
El torturador ya retirado se sienta frente al mar en los atardeceres la gaviota planea
Eso dicen que al cabo de diez años todo ha cambiado allá dicen
El hecho de ser la única mujer entre seis hermanos me había mantenido siempre en un casillero especial de la familia. Mis hermanos me tenían (todavía me tienen) afecto, pero se ponían b...
Para matar al hombre de la paz para golpear su frente limpia de p… tuvieron que convertirse en pesadi… para vencer al hombre de la paz tuvieron que congregar todos los o…
A la muerte a la muerte a la muert… no importa que el verano nos ataje que las piedras incrédulas nos mir… los sordomudos del amor los milita… de la felicidad nos exorcicen
Ignorante del mundo y de sí mismo deja el recién nacido su caverna lejos y cerca de la piel materna inaugura el candor de su egoísmo mira en su entorno y es un espejis…
A esta altura ya nadie me nombra por mi nombre: Octavio. Todos me llaman abuelo. Incluida mi propia hija. Cuando uno tiene, como yo, ochenta y cuatro años, qué más puede pedir. No pido ...