#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresGranadinos #Generación27 #PoemaDelCanteJondo
Viento del Sur, moreno, ardiente, llegas sobre mi carne, trayéndome semilla de brillantes
La tarde equivocada se vistió de frío. Detrás de los cristales, turbios, todos los niños, ven convertirse en pájaros
Los caballos negros son. Las herraduras son negras. Sobre las capas relucen manchas de tinta y de cera. Tienen, por eso no lloran,
Yo era. Yo fui, pero no soy. Yo era... (¡Oh fauce maravillosa
La mano crispada como una Medusa ciega el ojo doliente del candil. As de bastos.
Cisne redondo en el río, ojo de las catedrales, alba fingida en las hojas soy; ¡no podrán escaparse! ¿Quién se oculta? ¿Quién solloza
Salen los niños alegres De la escuela, Poniendo en el aire tibio Del abril, canciones tiernas. ¡Que alegría tiene el hondo
La canción, que nunca diré, se ha dormido en mis labios. La canción, que nunca diré.
Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna
La rosa no buscaba la aurora: Casi eterna en su ramo buscaba otra cosa. La rosa
Leñador. Córtame la sombra. Líbrame del suplicio de verme sin toronjas. ¿Por qué nací entre espejos?
En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,
Las estatuas sufren por los ojos c… pero sufren mucho más por el agua… Que no desemboca. El pueblo corría por las almenas r… ¡Pronto! ¡Los bordes! ¡De prisa!…
Enrique, Emilio, Lorenzo. Estaban los tres helados: Enrique por el mundo de las camas;
En la luna negra de los bandoleros, cantan las espuelas. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?