#EscritoresMexicanos
Se que la humana fibra a la emoción se libra, pero que menos vibra al goce que al dolor. Y en arte no me ofusco;
Que como el perro que lame la mano de su señor, el miedo ablande el rigor con el llanto que derrame; que la ignorancia reclame
Llego entre dos esbirros, que no d… de que a un monstruo feroz guardan… Gritos desgarradores me saludan y brazos epilépticos me aprietan. Suspenso en el umbral callo y vaci…
Yo quisiera salvar esa distancia ese abismo fatal que nos divide, y embriagarme de amor con la fraga… mística y pura que tu ser despide. Yo quisiera ser uno de los lazos
En la rama el expuesto cadáver se… como un horrible fruto colgante ju… rindiendo testimonio de inverosími… y con ritmo de péndola oscilando e… La desnudez impúdica, la lengua qu…
Como viste ropaje tan leve, ne da pesadumbres, pues el filtra y enseña vislumbres de la carne de rosa y de nieve. ¡Y que andar! La mocita se mueve
No intentes convencerme de torpeza con los delirios de tu mente loca: mi razón es al par luz y firmeza, firmeza y luz como el cristal de r… Semejante al nocturno peregrino,
¡Oh tú de crin rubia, luenga y riz… que caída en torrente barre las lo… y que volando incita las mariposas… porque así luce aspecto de llamara… ¡Linajuda Regina que, por taimada…
Siempre aguijo el ingenio en la lí… y él en vano al misterio se asoma a buscar a la flor del Deseo vaso digno del puro Ideal. ¡Quién hiciera una trova tan dulce…
Ayer, el cielo azul, la mar en cal… y el sol ignipotente y cremesino, y muchas ilusiones en mi alma y flores por doquier en mi camino. Mi vida toda júbilos y encantos,
Mientras haya en ciudad y cortijo gallineros que ostenten su rijo; y por calles, y en lúbricos tratos… ardentías de perros o gatos; y en el aire y el muro y el suelo
Semejas esculpida en el más fino hielo de cumbre sonrojado al beso del Sol, y tienes ánimo travieso, y eres embriagadora como el vino. Y mientras: no imitaste al peregri…
Crin que al aire te vuela, rizada… parece a mis ahogos humo en fogata… y del harpa desprendes la serenata divinamente triste, como la luna. Y del celo ardoroso despides una
Noy hay almíbar ni aroma como tu charla... ¿Qué pastilla olorosa y azucarada disolverá en tu boca
¿Qué te acongoja mientras que sube del horizonte del mar la nube, negro capuz? ¡Tendrán por ella frescura el ciel… pureza el aire, verdor el suelo,