(1913)
#EscritoresMexicanos 1913 28 Abril de
Eres uno con Dios, porque le amas… ¡Tu pequeñez qué importa y tu mise… eres uno con Dios, porque le amas! Le buscaste en los libros, le buscaste en los templos,
¡Yo lo que tengo, amigo, es un pro… deseo de dormir!... ¿Sabes?: el su… es un estado de divinidad. El que duerme es un dios... Yo lo… amigo, es gran deseo de dormir.
Carne, carne maldita que me aparta… carne tibia y rosada que me impele… ya rasgué mis espaldas con cilicio… por vencer tus impulsos, y es en v… a pesar del flagelo y a pesar del…
Si tras el negro muro de granito de la muerte hay un mundo, un más… al cruzar el dintel del infinito mi pregunta primer, mi primer grit… ha de ser: “Y ella, y ella, ¿dónde…
¡Oh muerte, en otros días, que rec… sin emoción profunda, te tenía yo… En medio de la noche, incapaz de d… clamaba congojado: “Yo tengo que m… ¡Yo tengo que morir irremisiblemen…
Con tu desaparición es tal mi estupefacción, mi pasmo, que a veces creo que ha sido un escamoteo, una burla, una ilusión;
Bien sé, devota mujer, cuando te contemplo en tus fervores y celo arder, que no me puedes querer como quieres a Jesús.
Tu brazo en el pesar me precipita, me robas cuanto el alma me recrea, y casi nada tengo: flor que orea tu aliento de simún, se me marchit… Pero crece mi fe junto a mi cuita,
Yo alabo al cielo porque me brindó… para mi fondo gemas, para mi marge… porque cuando la roca me muerde y… hay en mi sangre (espuma) filigran… porque cuando al abismo ruedo en u…
Yo no debo irme: tengo que esperar hasta que la muerte venga a llamar… ¡Tengo que esperar! ¡Cuánto tarda, cuánto!... Pero el tiempo corre
Hasta muriéndote me hiciste bien, porque la pena de aquel edén incomparable que se perdió, trocando en ruego mi vieja rima, llevó mis ímpetus hacia la cima,
¡Qué despiadados son en su callar los muertos! Con razón todo mutismo trágico y glacial, todo silencio sin apelación
Por diez años su diáfana existenci… Diez años en mi mano su mano se ap… ¡y en sólo unos instantes se me pu… que por siempre mis besos congeló! ¡Adonde iréis ahora, pobre nidada…
Adoremos las carnes de marfiles, doremos los rostros de perfiles arcaicos: aristócrata presea; las frentes de oro pálido bañadas, las manos de falanges prolongadas,
Este libro tiene muchos precedente… tantos como gentes habrán sollozado por un bien amado, desaparecido,